En conmovedora carta, agradece a su amigo Mármol:
He vivido durante tres años y medio entre el insulto y la miseria, entre la resignación cristiana y las compensaciones de consideración social que el mundo da muchas veces sin pedirla por un espíritu de justicia; […] me pongo en las manos de la Providencia y en las de Vd y en las de Mitre, sean mis hermanos, con tanto que yo tenga en qué ganar el pan de mi familia sin ser pesada a nadie y gozando de la consideración y del respeto que son los alimentos del alma. Rio de Janeiro, el 7 de enero de 1859.
En la prensa publicita una función de despedida en el Theatro do Gymnasio Dramático:
Por ser este el último beneficio que cierra mi carrera dramática, espero la protección del ilustrado público de esta corte, de cuya bondad e indulgencia guardaré un eterno recuerdo y la más profunda gratitud.
Y también a beneficio de su hija Eulalia:
quien se despide del público, retirándose con su madre para la tierra natal, donde va a seguir otros destinos. Esta inteligente niña, que tantas veces fue aplaudida por los frecuentadores del Gymnasio, merece la aceptación y el apoyo de todos. El espectáculo consiste en el excelente drama Pedro, la comedia Chiquinha presa y de un monólogo compuesto y recitado por la Señora Joanna de Noronha.
A mediados de 1859 llegan Buenos Aires.
Mármol le presenta a Sarmiento, en ese momento Director del Departamento General de Escuelas. De inmediato, se comprenden y admiran. Con su apoyo y estímulo, Juana Manso se consagra por entero a la educación.
Sarmiento encuentra en Juana Manso la aliada perfecta para llevar adelante las reformas educativas que desea implementar. Coinciden plenamente en las ideas: la educación común como base para el desarrollo de la República y fuera de la órbita de la Iglesia; la preparación de ciudadanos libres, pensantes y responsables. La educación de la mujer en igualdad de condiciones; la promoción de la lectura y la creación de bibliotecas populares; la renovación del sistema educativo: métodos, programas, libros, leyes, informes, censos, arquitectura, materiales modernos, y libros adecuados. Y algo fundamental: la formación de buenos maestros. La educación es una ciencia, debe investigar y desarrollar nuevas hipótesis, igual que las otras ramas del saber.
Lejos de temer adoptar modelos exitosos de otros países, abrazan estas experiencias con entusiasmo, especialmente de los Estados Unidos. Juntos luchan contra la apatía, el aburrimiento y la rutina, las tradiciones obsoletas y prejuicios que frenan el progreso.
Guiados por profundas convicciones y un amor inquebrantable por la Patria, conciben la educación como el motor para igualar oportunidades y construir la República. La escuela no solo instruye, sino educa, forma el carácter, forja ciudadanos libres y los prepara para ejercer sus derechos y contribuir al bien común: La escuela es la preparación de la soberanía, escribe Juana Manso.
Con el apoyo de Bartolomé Mitre, es nombrada directora de la primera Escuela Mixta N°1, en la Parroquia de Monserrat, situada en la Calle del Buen Orden 123. En 1865, Sarmiento le recuerda desde Lima:
Cuando leo á esta distancia sus escritos sobre educacion, inspirados por un sentimiento ardiente de obtener su mejora y difusion, recuerdo el dia en que la poetiza de las márjenes del Plata, la escritora que representa en nuestras letras el pensamiento de nuestro bello sexo, pedia un modesto rincon en la enseñanza pública; y á fin de no dar á la muger instruida y desgraciada con las puertas de la patria en el rostro se lo inventamos Mitre y yo, en la creacion de la Escuela N°1 para ambos sexos.
En su primer Informe de la Escuela Mixta a fines de 1859 detalla:
Las familias no se prestan a una mejora radical, y la insistencia del aseo ha sido suficiente a disgustar algunas, aunque en honor de la verdad, la generalidad de las madres se ha penetrado de las incuestionables ventajas que promete un cambio exterior del individuo, siempre que este sea acompañado de una mejora progresiva en los sentimientos y conducta, y sobre este punto, señor, son indecibles mis desvelos, asi como los resultados alcanzados en tan corto espacio de tiempo, sobre criaturitas casi montaraces, sin cultura, sin la mas remota nocion del bien y por el contrario plagados de los defectos mas repugnantes que pueden macular la infancia. Como V, comprende perfectamente; para educar he alcanzado establecer entre mis discípulos, una preponderancia moral, hija del cariño y de la conviccion que solo se les desea su bien: noto generalmente amor por la escuela, y al cerrar la clase el dia 20, han habido niños que han instado para quedar hasta el 24 y ser llama dos antes del dia prefijado por la disposicion superior, a lo que yo he accedido gustosa y llena de placer, porque considero ese deseo de un corazon tierno, como la mejor revelacion de una gran mejoria moral. Yo ruego a V, que en el exámen del progreso material de esta escuela, no pierda de vista la edad de los niños que la componen, y la ignorancia absoluta de toda nocion que los acompañaba al recibirme de la escuela.
Y entro párrafo:
El estudio de idiomas agrada generalmente a los niños, y es admirable la facilidad y buena pronunciación con que han aprendido hasta la 7° lección de Francés y la 6° de Inglés.
La Escuela Mixta gana un puesto de honor. El 27 de noviembre de 1860, durante el acto de entrega de premios a los niños, pronuncia un discurso en el que promueve la creación de asociaciones parroquiales de beneficencia. Sarmiento lo publica en los Anales de la Educación Común.
Durante seis años y dos meses, dirige la Escuela Nº1 implementando planes y programas modernos que revolucionan la enseñanza. Introduce lecciones orales de gramática y geografía, fomenta el dibujo, la educación física, la música y el baile, y añade la enseñanza de inglés. y francés. Elimina los castigos físicos, establece los recreos y promueve una enseñanza moral no dogmática basada en el respeto, el ejemplo y el amor:
Mis ideas sobre la educacion han estado siempre por fortuna mia en oposicion con la manera de conducir y de examinar las escuelas aqui, y digo por fortuna mia, porque tengo á lo ménos el consuelo de verlas confirmadas por los maestros de la ciencia.
Yo atendia á cultivar en el niño la espontaneidad individual, la conciencia del deber, la obediencia al principio de autoridad, la atencion, la observacion, la comparacion, la refleccion. A pesar de no tener libertad y ser responsable de la enseñanza, me ingeniaba en cultivar los sentimientos y desarrollar las facultades intelectuales.
(…) En la Escuela núm.1, en momentos dados al recreo, yo hacia marchar y pequeñas evoluciones que ellos modelaban al compás de sus canciones; por esto fuí criticada y creo que es una de las tremendas acusaciones que pesan sobre mi cabeza; (…) Qué escándalo! enseñar á bailar los niños si yo hubiese llevado tan lejos mi osadía me acusan de . . . de qué? Dios lo sabe! Lo que es la ignorancia! Decian que solo enseñaba los niños á cantar y marchar! Cuan justificada estaré un dia ante la posteridad. Anales, Vol. V, 1866.
En dos ocasiones, Juana Manso debe afrontar los costos de mudanza de la Escuela Mixta con su sueldo limitado: primero a la calle Estados Unidos 314 y luego a Independencia 307. Sin apoyo y sometida a constantes inspecciones, enfrenta condiciones precarias. Vive en un cuarto húmedo dentro de la escuela, sola al frente de más de cien alumnos. Sin embargo, no se deja vencer. Esta es su oportunidad de poner en práctica y demostrar la validez de sus ideas pedagógicas:
La Escuela núm. 1 se habia emancipado en lo posible del grosero empirismo de las demas de su clase, y si bien no podia quebrantar la argolla férrea del Horario y del Reglamento sabia aprovechar las ocasiones para interrumpir la monotonía de la rutina. Cada media hora la cancion ó la marcha al piano, venia á regular el movimiento y expandir el alma. Esto se me criticaba pero yo tenia razon. Anales 1866.
En 1867 publica en los Anales la Historia de la Escuela Mixta y termina con estas palabras:
Las escuelas deberian ser todas de ambos sexos, no importa la edad. Lo que se precisa son maestros y maestras competentes.
Colabora en los Anales de Educación Común, revista creada por Sarmiento en 1858 para difundir y propagar la educación popular en todo el país.
En 1860, en la fiesta de inauguración de la Escuela Modelo de Buenos Aires, Catedral al Norte, reparte entre los asistentes sus poemas Al propagador de Escuelas, homenaje a Domingo Faustino Sarmiento y un poema a Bernardino Rivadavia.
En 1862 publica el Compendio de la Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, «Destinado para el uso de las Escuelas de la República Argentina, basado en la Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina del Gral. Bartolomé Mitre y en el Ensayo Histórico del Deán Funes. En la edición siguiente, la obra se amplía hasta 1874, y en 1881, sus hijas se encargan de una nueva edición. Este libro se convierte en el primer manual de historia argentina destinado a las escuelas.
Juana Manso dedica la obra a Bartolomé Mitre, quien respalda y promueve su impresión y distribución. Después de superar innumerables obstáculos, el libro es aprobado por el Consejo de Profesores del Colegio Nacional de Buenos Aires en 1863 y por el Consejo de Instrucción Pública de la Provincia de Buenos Aires en 1869.
El Compendio no es bien recibido. Juana se enfrenta sola a la ardua tarea de defenderlo de los constantes ataques y críticas. Con amargura y desilusión, escribe a Sarmiento, entonces gobernador de San Juan:
La publicación del Compendio, me ha conquistado el odio del Sr. Inspector, y el departamento se halla en serios embarazos para dictaminar en el expediente de adopción; esto a pesar de la carta del General Mitre, y de haberse subscripto el gobierno por quinientos ejemplares. Es que
en materia de literatura el departamento es algo difícil; no sabían que remontar un río es navegar contra la corriente, y a pesar de invocar yo en mi abono el diccionario de la Academia, el inspector dice que remontar es cosa de barriletes (…) que lleve mi queja al Gobierno del insólito proceder de ese Sr. que no quiere que nadie viva sino él.
Y en otro párrafo :
Decía Ud. en uno de sus poéticos artículos sobre la educación, que los maestros de Escuela éramos «los obscuros obreros del porvenir» y yo le aseguro que apenas somos unos autómatas relegados en los últimos círculos del purgatorio social! El edificio se derrumba; todos se interesan por las escuelas, aman de veras la educación pero es necesario la energía de una alma como la suya, y una cabeza como la suya para llevar a cabo esta grande obra de colocar el edificio de la instrucción, sobre bases sólidas e inconmovibles. Carta a Sarmiento . 1863.
En 1864, funda La Flor del Aire, un periódico literario ilustrado dedicado al bello sexo, junto con Lope del Río, su director, y Eduarda Mansilla, quien firma con el seudónimo Daniel. Recientes estudios, como los realizados por Marina L. Guidotti, cuestionan la participación de Eduarda Mansilla bajo el seudónimo Daniel, ya que durante el período en que se publicaron las críticas de las funciones teatrales, ella se encontraba fuera del país.
Juana firma con el seudónimo Dolores, y tiene a su cargo la sección de Modas y una sección de noticias biográficas e históricas sobre Mujeres ilustres de América del Sud, en ella se propone exaltar y difundir la vida de mujeres que lucharon por la independencia y la libertad, como Encarnación Sanguinet de Varela, escribe:
Antes de todo, es preciso entendernos sobre un punto capital. Nosotros no contamos las Sevigné, las Cottin, las Genlis, las Stael, las Roland, las Girardin por docenas; en la esfera del pensamiento y de la ciencia, no busqueis la muger en la América del Sud. Nuestra sociedad, ó antes la preocupacion añeja, la costumbre rancia, ha multiplicado la muger no cultivando su inteligencia. […] No espereis pues, lectoras, que os vaya á desentrañar por ahí mugeres filósofos, poetisas, políticas, diplomáticas, artistas, etc. No tenemos pues, sino como escepcion, alguna poetisa, perdida entre las sombras del arcano; nuestras mugeres ilustres son madres, esposas, hijas ó amantes; es decir, la muger sentimental, que por la sola riqueza de su organizacion se ha mostrado superior á la vulgaridad.
Publica el drama La Revolución de mayo de 1810 en la Imprenta de Mayo.
Pronuncia un discurso en la apertura del Círculo Literario , fundado por Lucio V. Mansilla y José Manuel Estrada. Esta asociación concreta el anhelo de aquellos que, habiendo sufrido años de marginación y exilio, retoman el sueño del Salón Literario, un espacio de encuentro intelectual y cultural que había sido clave en su generación.
Crea el periódico La Siempre-viva, continuación de La Flor del Aire, que solo tuvo cuatro entregas. La prédica por la emancipación de la mujer y su educación ocupa gran parte de sus páginas. Escribe:
No vengo sólo a contraerme a sostener el órgano de la Moda que es la cultura exterior, sino a crear un órgano de los intereses morales e intelectuales de la mujer, que la instruya en su verdadero destino, la consuele en sus secretas penas y armonice sus tareas domésticas.
Continúa la sección Mujeres ilustres de la América del Sud, y la primera figura que estudia es la de Luisa Díaz Vélez de Lamadrid.
Juana Manso colabora en diversas publicaciones y es socia fundadora de La Revista de Buenos Aires. Mantiene correspondencia con Sarmiento, en ese momento ministro plenipotenciario de la Argentina en los Estados Unidos. Es su corresponsal y él la suscribe a periódicos educacionales norteamericanos.
Escribe el artículo La escuela de Flores, en el que critica a los gobiernos por no destinar fondos suficientes para la educación y señala sus nefastas consecuencias. En 1865 Sarmiento le escribe una hermosa carta desde Lima:
Escriba, combata, resista. Ajite las olas de ese mar muerto, cuya superficie tiende á endurecerse con la costra de impurezas que se escapan de su fondo. La colonia española, la tradicion de Rosas, vacas, vacas, vacas. Hombres, pueblo, nacion, república, porvenir. Todo está en los bancos humildes de la escuela. Trabaje y el pueblo le ayudará.
Desde 1865 hasta su muerte, en 1875, dirige la Revista Anales de la Educación Común en su segunda época. Siguiendo un método de seminario infiltra el espíritu de la escuela norteamericana, presentándola por sus obras, sus doctrinas y sus hombres más preeminentes: Horace Mann, Norman A. Calkins, E. E. White, Wikersham, John Lalor, F. Lieber, entre otros.
En editoriales, informes, conferencias, cartas y ensayos, plasma su visión profunda de la educación, tanto en su dimensión filosófica y política, como social y espiritual. Con pluma mordaz y franqueza inusual, denuncia los males que aquejan al pueblo y sus gobernantes: desidia, individualismo, apatía, hipocresía, vanidad y materialismo. Juana cree que esta ignorancia solo puede ser combatida con educación, una educación que contemple tanto la naturaleza material como el espiritual del individuo. Una educación que promueva el bienestar individual y colectivo, orientado hacia una transformación moral y social. En uno de sus números de 1866, escribe:
Centenares de futuras generaciones vendrán á educarse por la huella luminosa que vienen dejando los Anales.
En 1865, con dolor, se ve obligada a renunciar al cargo de directora de la Escuela Mixta Nº1. No puede aceptar despedir a los alumnos varones, una orden contraria a sus principios de educación común, sin distinción de género:
Tengo y tendré siempre presente ese triste momento, llamados por lista los alumnos se formaron en ala á la derecha de la tribuna donde se sentó el Sr. Estrada. Treinta y dos niños varones, mucha parte seccion primera, se les notificó la órden de pasar á otra escuela. Un silencio glacial reinaba en el salon donde habia noventa alumnos (96 era el personal de la escuela.) Tuve un momento de honda afliccion, y de intima gloria al ver la manera como mis pobrecitos alumnos recibieron la noticia de su expulsion, de mi lado; entónces pude medir que grande era mi obra y cuanto habia conseguido en bien de aquellas almas que yo dirigia para el bien. Cuando el Sr. Estrada les significó que iban á pasar á otra escuela, los niños bajaron la cabecita y lágrimas silenciosas cuanto amargas fué su respuesta. Dirigiles entónces la palabra, ó mas bien intenté dirigirsela, pero el llanto la anudó en mi garganta y fuí abrazando uno por uno aquellos pobrecitos que la fuerza ciega y bruta arrebataba de mi lado. Por algunos minutos solo se oyeron sollozos comprimidos y dolorosos, el Sr. Inspector Estrada pagó su tributo y no pudo resistir al peligroso contagio de tan sincera afliccion—lloró! Mi escuela era una familia, de modo que aquella fué la separacion de los hijos y de la madre… Conozco demasiado á fondo las cosas y los hombres de mi país para no comprender la persecucion en el fondo de aquella estúpida medida que deshacia una Escuela por el solo placer de deshacer la obra de otro. Supe todo lo que habia pasado en las demas escuelas, y supe que la Escuela predilecta habia salvado á poca costa; el sacrificio se habia limitado á la mia y otras tan pobres y sin protecciones como yo. Anales, 1867.
Escribe el poema Tributo a Abran Lincoln en homenaje al asesinato del héroe. Se lo envía a Sarmiento. Al año siguiente Sarmiento lo incluye en la segunda edición de su Vida de Lincoln y solicita al poeta Henry Wadsworth Longfellow que traduzca sus versos:
Muda de espanto el alma dolorida
Tu destino contempla con pavor,
Te asesinó la rebelión vencida
De su furia en el último estertor!
Tu sangre apagó al fin la esclavitud
Del código inmoral de tu nación!
Te llora a sus designios la virtud
La democracia pierde su campeón!
Se inclina ante tu polvo, reverente
América, mas no –la humanidad
Luto viste, uno y otro continente
De ambos mundos –el alma libertad!
Vengar las afrentosas tropelías
A la ley natural fue tu misión
Porque en tu rectitud no comprendías
Un pacto entre el derecho y la ambición!
Dejas a las naciones por ejemplo
Como alto funcionario tu carrera,
Tu sepulcro de mártir para templo,
Tu palabra de apóstol por lumbrera!
Dejas libre una raza conculcada
De una guerra titánica la gloria
La iniquidad de siglos estirpada,
Triunfante la moral –pura la historia.
Mi voz humilde, débil y doliente
Traspasan con la daga de Caín.
Buenos Aires, 27 de mayo de 1865.
Juana Manso entabla una sincera amistad con el reverendo William D. Junor, director del colegio donde imparte clases de inglés. Conmovida por la genuina espiritualidad del pastor y su visión renovadora del cristianismo, se convierte a la fe anglicana. Esta decisión provoca un aumento en los ataques y hostigamientos que recibe de sectores católicos fanáticos.
Publica en los Anales una gramática: Dedicada a la juventud de Ambos Sexos de la República Argentina: Primeras Lecciones de composición. Βajo las reglas gramaticales con numerosos ejercicios. Imitado de Quackenbos.
Traduce del francés y publica en Anales La Educación Popular en el siglo XIX por Eduardo Laveleye.
Sarmiento publica artículos de Juana en el periódico Ambas Américas.
Su discurso para la inauguración de la Escuela de Artes y Oficios, genera polémica en la prensa, publica descargos en La Tribuna.