Search

1853 - 1858

A fines de 1853 llegan a Buenos Aires desde Montevideo. El país está convulsionado, en plena organización y lucha de facciones. Buenos Aires y las provincias no logran los acuerdos necesarios para unificar el país. Después de 20 años de exilio su experiencia en el campo de las letras, la educación y el periodismo, la animan a ofrecer sus servicios como maestra.

Antes de haber visto alguna cosa, cuando mi razón era apenas la de una niña de diez y ocho años, creo que aun existen recuerdos agradables del establecimiento que formé en Montevideo el año de 1841. Después, estudios más extensos, razón más madura y el viajar, creo que me dan el derecho de ofrecer lo poco que sé sin que esta oferta pueda tacharse de presuntuosa o de inmodestia; las personas que me conozcan de cerca no podrán juzgarlo así, porque es defecto de que no padezco. Mi oferta es hija del deseo que siempre me anima el de ser útil a los otros.  –Álbum de Señoritas. 1854-

Las mujeres de la Sociedad de Beneficencia, a cargo de las escuelas para niñas, no aceptan el ofrecimiento. Una mujer sin marido con dos hijas, pobre y sin una familia que la respalde no era confiable.

Publica en El Plata Científico y Literario y en La Ilustración Argentina un artículo titulado Emancipación moral de la mujer y Recuerdos de viaje, de su estadía en Cuba:

Los trabajos literarios de esta señora, tanto en Montevideo como en Río de Janeiro, donde muy joven aún dió muestras de su avanzada inteligencia, la colocan en el corto número de nuestras celebridades femeninas en la carrera literaria. Sus publicaciones anteriores resaltan por la pureza de su estilo y la belleza de su coordinación. De vuelta a su país natal después de un largo viaje por la Europa empieza ahora a rendir a su patria los frutos de su inteligencia, como en otra hora los ofrecía desde el suelo extraño, a donde la llevaron las vicisitudes políticas y su noble corazón por no presenciar de cerca la degradación en que yacía sumida nuestra madre común. La Ilustración Argentina. N°2; 19 de diciembre de 1853.

No hay datos que confirmen su viaje a Europa. Lo cierto es que las colaboraciones no alcanzan para vivir y el apoyo esperado no llega. Decide crear su propio periódico.

El 1 de enero de 1854, funda el semanario Álbum de Señoritas. Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros. Contiene artículos que promueven la emancipación y educación de la mujer, artículos de educación popular, filosofía, homeopatía, relatos de viajes, ciencias, críticas a la Iglesia, defensa al indio. Modas, críticas de teatro y música; y como folletín su novela antiesclavista ambientada en Brasil La familia del Comendador. Así inicia el primer editorial:

Todos mis esfuerzos serán consagrados a la ilustración de mis compatriotas, y tenderán, a un único propósito: emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enajenando su libertad y hasta su conciencia, a autoridades arbitrarias, en oposición a la naturaleza misma de las cosas, quiero, y he de probar que la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo, o un defecto, un crimen, o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud y de la felicidad doméstica, porque Dios no es contradictorio en sus obras, y cuando formó el alma humana, no le dio sexo. La hizo igual en su esencia, y la adornó de facultades idénticas. Si la aplicación de unas y de otras facultades difiere, eso no abona para que la mujer sea condenada, al embrutecimiento, en cuanto que el hombre es dueño de ilustrar y engrandecer su inteligencia; desproporción fatal que solo contribuye a la infelicidad de ambos y a alejar más y más nuestro porvenir. Y no se crea que la familia no es de un gran peso en la balanza de los pueblos, ni que la desmoralización y el atraso parcial de los individuos no influye en bien o en mal de la sociedad colectiva. 

Un mensaje tan radical por la educación y los derechos de la mujer y el niño, disgusta. Su crítica al sistema educativo, sus propuestas innovadoras en programas, libros, edificios, recursos, llega a proponer la recaudación de fondos escolares a través de la lotería: 

Hay un medio fácil: es verdad que no es estrictamente moral, pero ya que lo permitís como industria en el país, cuando a la verdad no pasa de vicio, ejercedlo en pro del bien público. Hablo de las loterías. Cread una lotería pública, cuyo objeto sea aplicar sus productos a levantar la 1ra. casa de refugio para albergar la niñez indefensa contra la acción venenosa y roedora, del vicio y de la ignorancia

Sus ideas irritan, despiertan sospechas, calumnias. ¿Promover la emancipación de la mujer? Un escándalo.  Escribe:

Por qué? si, por qué ese largo martirio que empieza y acaba con la vida de la mujer?
Por qué se condena su inteligencia a la noche densa y perpetua de la ignorancia?
Por qué se ahoga en su corazón desde los mas tiernos años, la conciencia de su individualismo, de su dignidad como ser, que piensa, y siente? repitiéndole: no te perteneces a ti misma, eres cosa y no mujer?
Por qué reducirla al estado de la hembra cuya, única misión es perpetuar la raza?….
Por qué cerrarles, las veredas de la ciencia, de las artes, de la industria, y así hasta la
del trabajo, no dejándole otro pan que el de la miseria, o el otro mil veces horrible de la infamia?

En artículos sobre la hipocresía política o religiosa manifiesta: 

De todos los materialismos, el de la religión es el más funesto, porque el hombre rudo que cree en las indulgencias y en la virtud de los escapularios, deja crecer en su corazón la planta venenosa del rencor y de las venganzas; se cree protegido por los amuletos y no sabe que las prácticas exteriores son solo para engañar los ojos del mundo.
El ojo de Dios ve los arcanos de la conciencia y allí no hay disfraz posible.
Si la devoción es aparente, si el perdón está en los labios, si la fe es interesada, si la esperanza es egoísta, a los ojos del mundo seremos virtuosos, pero el reino de los cielos no será para nosotros.

Sus críticas de teatro y música; la difusión de la medicina homeopática, su mirada progresista alumbra en todos los temas. Esa pretensión de ser una escritora- editora es ridiculizada. Pocas mujeres la comprenden y acompañan. Entreviendo la derrota escribe en el 5° número:

Ningún sacrificio he ahorrado para darle vida y consistencia… Toda mi ambición era fundar un periódico dedicado enteramente a las señoras, y cuya única misión fuese ilustrar; lo había conseguido así en el Río Janeiro donde «El Jornal das Senhoras» está en el tercer año de su publicación. Las simpatías que merecí en aquella corte, los testimonios todos de deferencia y de apoyo, con que me favorecieron, me indujeron a esperar otro tanto en mi país…..Infelizmente mis esperanzas fueron flores pasajeras, que el viento del desengaño deshojó al querer abrir… Es el Álbum una planta exótica, que se marchita rápidamente, porque la tierra donde se quiere hacer germinar es dura como la roca, y no hay un rayo de sol benéfico y amigo que la abrigue y le dé vida y calor… El Álbum está destinado a una muerte prematura…. si algún milagro extraordinario no lo salva de la terrible enfermedad de la nostalgia que se va apoderando de él…. y de mí!…. Como os lo digo, queridas subscriptoras, no he ahorrado sacrificios ni buena voluntad; pero antes que escritora yo soy madre de familia, es este un cargo que trae inmensa responsabilidad, y que me impone deberes muy serios!…. Escribir para no ganar, bien, eso me era indiferente, si pudiese, tener pretensiones, diría como Camoens: «Aquella cuja lyra sonorosa. Será mais afamada que ditosa».  Y sacrificaría el dinero a la gloria como lo he hecho tantas veces en mi vida! Mi ambición no es de plata. No tengo fortuna, pero tampoco abrigo deseos dispendiosos. Tengo fe en la Providencia y cuando me inquieto no es personalmente por mí, y sí por aquellos a quienes soy necesaria. Con todo, si puedo conformarme con no ganar, y si nunca he considerado la fundación de este periódico como un medio de especulación, tampoco ha podido nunca entrar en mis cálculos de presupuesto mensual y de economía doméstica, gastar una fuerte suma por mes en imprimir papel, cuyo destino más próximo será ir para alguna taberna a envolver azúcar y arroz.  Conté siempre con obtener la protección de la clase ilustrada y del círculo abastado de Buenos Aires… Nada he conseguido!  Con todo, haré el sacrificio un mes más, y si en este tiempo no se reuniese una suscripción suficiente a cubrir los gastos de la publicación, no tendré otro remedio que despedirme de mis lectoras, agradeciéndoles su protección y deseando que otra más feliz que yo sea mejor sucedida.

No hubo nuevas suscripciones y el semanario cerró definitivamente en el octavo número:

Concluyen con este número mis tareas, y con el derecho del amor maternal, labro aquí el epitafio de este mi querido hijo, cuya muerte prematura es para su madre una decepción de más en la vida, una gota más de acíbar en el cáliz, una espina de más en el alma! Vivió y murió desconocido como su madre lo fue siempre en la región del Plata; no bastaron ni cuidados ni sacrificios a robustecerle una vida minada por la consunción desde que nació en el desamparo y en el páramo de la indiferencia: ahí quedas hijo mío, página de mi alma, que encierras más de un misterio de dolor: en tu fosa solitaria, ¿quién depondrá una flor? ¡Nadie!  Adiós pues, lectoras, perdonad si acostumbrada a escribir en otro idioma, no usé un lenguaje puro y castizo; si mi corta inteligencia nada creó que os fuere útil, y si mi estilo no tiene la fluidez y la frescura de otros. No fue la voluntad la que me faltó, pero cada uno es lo que es y no lo que deberia ser. LA REDACTORA.

Publica La familia del Comendador, novela original, en la Imprenta J.A. Bernheim. Se promociona en la sección de la Librería de La Victoria, en el Anuario General del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración de Buenos Ayres 1854-1855, del mismo editor J. A. Bernheim.

Los ahorros son escasos, las clases particulares de inglés, francés o italiano, no son suficientes para solventar los gastos para vivir, los artículos en la prensa no dan de comer. Decide regresar a Brasil, su segunda patria. En el primer número del Álbum había profetizado:

Alzar el bordón del peregrino, e ir a buscar una Patria en alguna parte del mundo, donde la inteligencia de la mujer no sea un delito. Donde su pensamiento no se considere un crimen; y donde la carrera literaria no sea clasificada de pretensiones ridículas.

En 1855 llega a Rio, amante del teatro y conocedora del ambiente como autora, encuentra en la actuación el medio más rentable para poder mantener a la familia.

Toma clases de declamación:

Una vez en Río de Janeiro, hace doce años delante de un maestro del conservatorio de París, aquél buen señor se puso a arremedarme (sic) probándome que todas mis inflexiones eran como él decía: estrambóticas! No hubo más; sujéteme a nuevo aprendizaje y a pesar de que mi maestro solía «rudoyer» un poco, acabó por quedar vencido por mi extrema docilidad y habilidad con que progresaba.  Carta a Sarmiento, 1868.

Integra la compañía del Teatro Ginásio Dramático creado por María Velluti que renueva el teatro con piezas del realismo francés.

En 1856 integra la Compañía de Teatro São Pedro, recibiendo críticas favorables por su desempeño en diversos papeles: 

La Sra. Noronha se revela como una actriz de talento, que con alguna perfección más en la pronunciación, podrá aspirar a un lisonjero futuro en la carrera artística a la que se ha dedicado. 

Sus hijas también actúan. Comparte escenario con el gran actor João Caetano dos Santos del que luego se distancia por malentendidos y maltrato.

Sobre su paso por los escenarios es recomendable leer el artículo de Elizabeth Ribeiro Azevedo

Francisco de Sá Noronha regresa de Europa, la pareja se reconcilia. Realizan giras por Bahia. Eulalia revela su talento para el teatro y recibe numerosos elogios en la prensa. Diez años después le escribe a Sarmiento:

Pues creerá Vd. que mi pobre hija pasó por una «niña desenvuelta»? Nacida en Norte América, detesta las gazmoñerías, pero tiene el espíritu yankee y si me hubieran dejado quieta por allá como yo lo deseé, acaso esta hija sería hoy algo de muy distinguido, porque es artista en el alma y en la organización. Si aquí hubiese de poner su talento al servicio de la escasez de su fortuna, ay! qué disgustos no le esperarían! Para contenerla, en los inviernos, hacemos comedias de sociedad; el Sr. Higginson su recomendado (hoy rector del colegio del Uruguay) asistió a la última función y me dijo que era la primera hora agradable que pasaba, desde que había dejado su país y sus afecciones; calcule Ud. qué satisfacción experimenté con tal confesión! ¡Qué buenos ratos pasaríamos por aquí si fuesen posibles estas diversiones inocentes!

En 1856 publica en Río de Janeiro, As Consolações, en la Imprenta Douz Decembro de su amigo Paula Brito. Lo dedica a su amiga, la gran actriz Gabriela da Cuhna De Vecchy:

¿Qué pensará el mundo de este libro escrito por una actriz? ¿Por una cómica? Tristes anomalías que se encuentran en los acontecimientos imprevistos de este mundo por donde caminamos a tientas. Felizmente la excomunión fue levantada –y las vestes teatrales fueron quitadas. Aún soy una madre de familia y no perdí el derecho de elevar la voz desde el rincón oscuro y solitario donde la desgracia me colocó.

El Theatro de São Pedro la contrata para la preparación y montaje de su obra O Dictador Rosas e a Mas-horca. Se promociona la escena del combate de Caseros que será ejecutado por la tropa de línea con banda de música militar.
Las disputas con el actor João Caetano dos Santos llegan a la justicia, es sentenciada a dos meses de prisión por injurias, ella apela y finalmente no se cumple la orden.

En 1858 publica como folletín en el Diário do Rio de Janeiro, Páginas da mocidade: memórias das guerras civis do Rio da Prata de 1838 a 1841. Evocación de sus vivencias de juventud durante el primer exilio en Montevideo:

Tu sabes, mi Dios, la felicidad que yo ambicionaba en aquel tiempo en que no traspasaba el círculo de lo doméstico, las fortunas me sonreían en esa vida indolente, serena, indiferente de la mujer que tiene un brazo de hombre en que apoyarse, un brazo que la defienda, un corazón que la ame, un nombre que ella lleve con amor y que el mundo respete… No tenía otras aspiraciones: los versos que escribía y que no mostraba a nadie, no los juzgaba un crimen, ignoraba todavía que es un delito en la mujer, pensar, decir, hacer! Las horas de fiebre que a veces me agitaba, no podía comprender en mi ignorancia absoluta del mundo y de mi misma que era un síntoma peligroso de dolencia moral que se llama inteligencia, espíritu, como quieran denominarlo, para mi no pasa de una cruz de hierro.

Publica diversos artículos y poemas en Imprensa do Rio Grande do Sul y otros periódicos de Río de Janeiro.

Da un discurso en la apertura del Lyceu de Artes e Officios, instituto administrado por la Sociedad Propagadora das Bellas-Artes do Río de Janeiro.

Son años difíciles, las giras, intrigas, sospechas y padecimientos económicos, deterioran nuevamente la relación. Se separa de Noronha y se prepara para regresar definitivamente a Buenos Aires.

Este período en Brasil: la reconciliación con Noronha, la publicación de Las Consolaciones y otras obras en la prensa, así como su desempeño como actriz ha sido omitido por las primeras biógrafas. Recientes hallazgos y estudios, facilitados por la digitalización de periódicos de la época aportan nuevos datos.

Con profunda tristeza se despide de sus amigos, de su hermosa Río, sabe que no volverá. Escribirá luego en Recuerdo de Brasil:

Esa imagen inolvidable es la tuya, mi bello Río Janeiro, linda princesa de los valles! Soy pobre, te diré como Fidias, sólo poseo mi corazón, de él arranco esta página, antes que la antorcha se extinga, antes que la voz se apague, antes que la fuerza del brazo se embote, antes que la mente se ofusque y no pueda vaciar del dolor que rebosa del alma, estas gotas perdidas sobre una página deleznable.  No volveré a verte, pero he cantado tu belleza y dejádote algo de mí misma como el solo recuerdo de mi peregrinación sobre tu suelo! Todavía tengo amigos allá, y todavía en mis horas de amargura, se reposa el alma en la contemplación de tus paisajes divinos!