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1842 - 1844

En Río de Janeiro da clases particulares de español y francés. Al principio se siente abatida, su amigo Mármol la anima:

…Alguna vez no ha observado Vd. amiga mía, que en medio de nuestra situación llena de miserias y vejámenes hay algo de grande que nos hace superiores a cuanto quiere abatirnos? Esta es la razón, amiga mía, porque nada nos deslumbra ni humilla de cuanto vemos en el extranjero; porque existe en nosotros la conciencia de una misión sagrada que debemos cumplir para dejar sin rival la gloria de nuestra patria; como también los recuerdos de su pasado hermoso. Así no me sorprende que se halle V. disgustada en el Brasil. (Carta de Mármol, 1842).

Pronto aprende portugués, lee y se maravilla de sus escritores: Basilio de Gama, Claudio Miguel da Costa, Goncalves de Magalhaes, Goncalves Días y las poetisas Clorinda y Narcisa Amalia da Costa Siqueira. Brasil, comienza a revelarse en su belleza.

Reciben en su casa al anciano Rivadavia, también exiliado, por quien siente un profundo respeto y admiración.

En 1842 abre en su casa el Colegio Santa Clara, situado en la calle de Arcos Nº 8. Aparece un aviso en el Jornal do Commercio, de Río de Janeiro, detallando el programa. Las materias generales son: lectura, escritura, aritmética, gramática, trabajo manual, moral y principios religiosos. En clases aparte ofrece: geografía, cosmografía, historia, dibujo, idiomas extranjeros, danza, piano y canto.

El 9 de enero de 1843, la escuela se muda y nuevamente un simpático aviso en el Diário do Rio de Janeiro informa la nueva dirección cerca del mar y el programa de estudio.

En 1843 El Nacional de Montevideo publica con el título Varias composiciones inéditas desde Río de Janeiro sus poemas Una tumba y Una lágrima para ella.

En 1844 la familia regresa a Montevideo. 

La nombran directora de una escuela para niñas. Redacta un Manual para la educación de niñas.  Así lo refiere en el Álbum de Señoritas, en 1854:

En 1844 emitimos esa misma opinión al señor general D. Melchor Pacheco y Obes, cuando era ministro de la guerra en Montevideo, y tuvimos el gusto de oír su aprobación; empezamos a escribir una tablas de lectura y el mismo señor Pacheco y Obes nos facilitó la imprenta del gobierno para imprimir gratis.

Entabla amistad con Juan Bautista Cuneo, militante mazziniano de la Joven Italia y editor del periódico L’ Italiano, que la pone en contacto con la colonia de italianos. Conoce a José Garibaldi y a su esposa Anita Ribeiro, adhiere a su causa.

Publica en Montevideo, en 1844, Armonía. Homenaje de amistad al Sr. Don Juan Bautista Cuneo. La oda se compone de 298 versos que exaltan la lucha por la unidad y la libertad del pueblo italiano:

Pobre Poeta, sin nombre

Con un Mundo en mi cabeza,

Sueño Italia con tus artes

Y me embriaga tu grandeza.

Y mirar creo en mis sueños

Tus ciudades, tus pinturas

Tus poetas, tus guerreros

Y tus bellas esculturas.

Y perdida la mente en sus delirios,

Centenares de siglos ve pasando

Y todos de tu gala y tu riqueza

La huella poderosa van dejando.

Y yo á tí cantarte Italia!

A tí que de grandes hombres

Mas que el Atlántico arenas

Tienes sobre tí los nombres!

Yo que soy en este suelo

Pobre flor de la llanura,

Que nació en la inculta pampa.

Sin perfume ni hermosura!

Mas, ¿por qué no he cantarte

Puede mi canto ofenderte?

El morirá en el desierto

y no es ofensa quererte.

Hija de un suelo lejano

Te he mirado con amor:

Porqué no puedo ofrecerte

De la América una flor?…

No logran establecerse y se ven obligados a retornar nuevamente a Río de Janeiro.