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Mesa del Editor, 1873. Juana Manso

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Consejo de Instrucción Pública

Vamos a ocuparnos de la sesión del 18 de Setiembre de 1873, en la parte que toca a los Anales de la Educación Común. Después de la consideración de varios asuntos, tocóle su turno a la interdicción de los Anales de la Educación Común que como se sabe habían sido retirados de la circulación merced a la Censura interpuesta por Don Oficial 1°.

Después de cinco meses de reclusión el Consejo en su autorizada minoría, bajo la presidencia del Dr. D. Juan María Gutiérrez, levantó la interdicción lanzada por el mismo Consejo (en minoría desautorizada), sobre los Anales de la Educación Común; pero el Dr. Gutiérrez que vive en la dulce persuasión que él es un hombre de iniciativa, revistiendo toda la dogmática gravedad del oráculo, dejó caer de sus venerandos labios ciertas palabras que vamos a dejar consignadas en estas páginas como un estudio de la fragilidad humana en materia de derecho Constitucional.

Impulsado por la antipatía que le inspira el Editor de los Anales, el Dr. Gutiérrez (D. Juan María) insinuó en la Sesión del 18 de Setiembre «lo conveniente que sería» una publicación especial para materias docentes, a cuyo efecto el Gobierno podría formar una mesa de redacción con personas competentes, por cuya censura pasasen también los trabajos de colaboración antes de ser o no aceptados.»

«Esta idea, dijo, encontraría aceptación, mucho más si se estableciese la obligación de pagar todo trabajo dirijido a esa mesa.»

Quedamos enterados Sr. Dr. Gutiérrez (D. Juan María). Ni los Anales de la Educación, ni el Monitor son publicaciones especiales, son periódicos políticos.

Si el Sr. Gutiérrez se dignase contestarnos, le preguntaríamos ¿qué entiende por materias docentes; serán milésimas cosas úrgicas; ¿algún pasadizo cúbico para trasladarse a las  primordias-, o impulverizable lápide? Las obras de Horacio Mann, las cartas de Carlos Northenden, los artículos de White, de Gardfield, la Educación Moderna de Jeomans y tantas valiosas traducciones publicadas en los Anales de la Educación, producciones de los más afamados Educacionistas Americanos no son materias docentes al paladar del Sr. Dr. Gutiérrez (D. Juan María).

¿Resulta también que ni el Editor de los Anales ni el Sr. Sarrat editor del Monitor son personas competentes? ¡Bueno! por eso no habrá novedad, el Editor de los Anales no ha de ocurrir al Sr. Gutiérrez (D. Juan María) por diploma de competencia.

Lo que no es posible dejar de rechazar con indignación es la idea de la censura, eximiendo así la prensa educacionista de las garantías acordadas por la ley fundamental a la libertad de la palabra escrita.

¡Nunca el Dr. Gutiérrez nos ha podido ofrecer en la vacilación de su vida pública una aberración semejante como la formación de la mesa de censores armados con la tijera de Torquemada!

¿Y quién sería ese educacionista tan infeliz que fuese a suscribir a la humillación de la Censura, falto de propia dignidad, y de propias convicciones?

¡Fi donc Mr. de Gutierréz; resucitar la censura enterrada con los instrumentos de la tortura hace tanto años!

Pero eso tienen las malas compañías, y cuando un hombre es tan flexible en sus opiniones como el Sr. Rector Gutierres, si anda con liberales, es liberal enragé; si con republicanos Catalanes, es capaz de decretar el exterminio de la Isla de Cuba.

Los hombres dúctiles, son así, mudan de forma a cada minuto.

En cuanto a la mesa formada de personas competentes ejerciendo el noble oficio de la censura oficial, ya se presume a quien alude el Dr. Gutiérrez: — Presidente, lui; —vocales: el Dr. Malaver muy competente-, el Sr. Zinny harto condescendiente para aceptar este oficio como ha aceptado la Gefatura del Departamento y Secretario Don Oficial 1°., autor de la idea de la Censura que ha prohijado el Dr. Gutiérrez. Precisamente si alguna conquista intelectual han realizado estos países, es la libertad del pensamiento escrito, y los abusos, o el mal uso que pudiera hacerse de esa libertad, jamás autorizaría la censura, que es la supresión de toda libertad; la mordaza del pensamiento, si se nos permite la expresión.

¡Pues es friolera lo que pretende el Dr. Gutierres! ¿Por qué no pide que se erija de nuevo el Santo Oficio? ¿Pero tan luego para la más inocente de las expresiones del pensamiento para la prensa educacionista pide la Censura?

La Censura que si tuviese lugar de ser en nuestro siglo, apenas podría aplicarse como correctivo de las publicaciones inmorales! Pero ni así, porque la misión de los Gobiernos populares, no es poner trabas a la libertad de la prensa primeramente garantida por las leyes fundamentales del país, sino vice versa estudiar los movimientos de la opinión en las manifestaciones de la prensa.

Felizmente el Dr. Gutiérrez predica en desierto; ningún Gobierno atentará contra la libertad de la palabra escrita, ni contra ninguna de las libertades conquistadas, el Dr. Gutiérrez está ladrando a la luna.

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El Dr. D. Juan Crisóstomo Albarracin es la persona que ha entrado a suceder al Dr. Avellaneda como Ministro del Culto, Justicia e Instrucción Pública Nacional.

El Dr. Albarracin es un hombre joven, y nuevo en los diferentes ramos que abraza su complicado Ministerio, aun cuando haya ejercido antes de ahora el encargo de Juez Federal. No obstante ser joven i nuevo en la vida pública, el Dr. Albarracin es uno de esos hombres que vienen impregnados del aroma del hogar, con una carrera tersa i transparente como el cristal; dando por garantía de su vida pública, la honestidad de su vida privada.

Laborioso y modesto, sin pretensión alguna, es con todo un digno sucesor del inteligente Dr. Avellaneda, y su elección por parte del Gobierno Nacional no ha podido ser más acertada. Solo puede lamentarse el corto tiempo que le resta para poner en evidencia su inteligencia y las puras intenciones de que viene animado.

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El Director de la Escuela Normal del Paraná Sr. Geo Stern, ha partido para Estados Unidos y Europa con diversos encargos referentes al progreso de la educación. Tales son, buscar profesores, visitar las Escuelas Normales mejor organizadas, compra de gabinetes de Física, contratos de profesores que vengan a enseñar, etc.

El Sr. Stern regresará al Rio de la Plata en Setiembre de este año. Le deseamos amplia cosechas de conocimientos; viaje feliz y útiles aplicaciones.


ORIGINAL

Mesa del Editor, Consejo de Instrucción Pública, Anales de la Educación Común, Vol. XIII, N°5, 1873. LEER

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