(…) Pero de todos los extravíos, actos discrecionales e iniquidades cometidas por la municipalidad, ninguna es más reprochable y bochornosa para esta ciudad que la conducta observada con la señorita Gorman. Vamos a consignar aquí lo que ha sucedido.
La Sta. María E. Gorman, noble joven, llena de entusiasmo por la causa de la educación pública llegó a Buenos Aires a fines de 1869, recomendada por la Sra. viuda de Horacio Mann y por el Ministro Argentino en Estados Unidos. Ella venía como la primera misionera de este Evangelio de la República, la escuela, a ofrecer sus servicios al nuevo apostolado. Especialidad en los ramos Superiores de la Enseñanza, al llegar entre nosotros rehusó ofertas para escuelas particulares creyendo que aquí eran lo que en su país las escuelas públicas.
La Sta. Gorman posee como todos los de su nación la pasión del bien público y aquel alto sentido humanitario que torna el pueblo Americano de los Estados el gran centro de la fundición de las tribus en una gran nación. En virtud de esta resolución, el Presidente de la República la recomendó al Dr. D. José Roque Perez presidente en aquella época de la Corporación Municipal, el que la recomendó por su turno al ex Jefe del Departamento de Escuelas D. José M. Estrada.
(…) La Escuela Municipal núm. 12 iba a quedar vacante por renuncia de la Sra. Victorina Braga, directora de dicha escuela.(….) en efecto de su renuncia se nombró a la Sta. Gorman en 21 de Enero de este año. (…)
Entre tanto la municipalidad merced a su excelente sistema financiero y otras yerbas, se encontraba exhausta, y la joven extranjera que venía atraída por sus sentimientos de simpatía para con South América, tenía que sufrir como primer contratiempo, la escases de numerario. Pero, el Gobierno prestó fondos a la Municipalidad y cuando comenzó a pagar sus escuelas y la Sta. Gorman se presentó a cobrar su sueldo, el Tesorero respondió que había orden del Sr. Sanchez Boado para no pagarle.
La confusión, el bochorno de la pobre niña es preciso haberlo visto para valorarlo.—¿ Qué he hecho yo? decía ella.— Tendrán que decirme por qué no me quieren pagar. A lo que yo le respondía: el despotismo no tiene razones. Y ella que conoce la historia y tiene una inteligencia clara de las cosas, no podía sin embargo comprender nuestras cosas.
Desde Enero hasta el 31 de Junio que renunció su empleo de maestra municipal, está impaga por mas notas que haya pasado el Jefe del Departamento de Escuelas y por más que se -haya enviado original la nota del Dr. Perez recomendándola al Departamento, para que fuese nombrada en reemplazo de la Sra. Braga. Nada ha podido convencer ni ablandar al Sr. Sanches Boado nuestro gratuito antagonista! Me dijeron que las razones que aducía para no pagar a la Sta. Gorman eran: 1° que no le pagaba por ser gringa; 2°, porque esa gringa son los ojos de D. Juana Manso, esa mujer que para oprobio del país está en el Consejo de lnstrucción Pública.
Pero, yo, menos sanguínea que el Sr. Sanches Boado no he querido dar crédito a estos rumores, porque a ser ciertos, el Sr. Sanches Boado estaría mejor bajo la presidencia del Dr. Uriarte que bajo la del Sr. Cabral.
Entretanto, la municipalidad no quiere abonar los sueldos a la Sta. Gorman, porque no quiere; habiendo abonado los de la Sta. Olivera que ha sido su Ayudante.
Muchas veces hemos visto a la pobre Sta. Gorman, pálida y abatida a pesar de su resignación angelical, traicionando ese mudo pesar la tristeza de su corazón, al verse maltratada y desconocida, sin darse cuenta a si misma de este vergonzoso proceder de la corporación municipal de la Ciudad de Buenos Aires!
Juana Manso
Fragmento de la Historia de la Educación Pública en la Ciudad de Buenos Aires Por Juana Manso. Anales de la Educación Común. Vol. IX, Octubre de 1870.