Virginia Woolf tituló “Un cuarto propio” una conferencia cuyo tema debió ser, originariamente, “las mujeres y la novela”. De este modo, puso en evidencia una cuestión clave: la relación entre las condiciones materiales y la posibilidad que una mujer tenía, a comienzos del siglo XX, de escribir con autonomía sobre su propio mundo. Virginia Woolf señaló también que sus antecesoras, las escritoras inglesas del siglo XIX, sufrieron la ausencia de una tradición contra y a partir de la cual recortarse,
la falta de apoyo para cualquier tarea intelectual que emprendieran y la limitación de sus propias experiencias vitales.
Un cuarto propio contribuyó a fijar una imagen de estas escritoras decimonónicas: mujeres victorianas, instaladas en la sala común de la casa, que intentaban imaginar el mundo a través de los recortes que imponían los marcos de puertas o ventanas, escribiendo, con cierto pudor, entre infinidad de interrupciones, historias inspiradas en lo que habían alcanzado a escuchar de las conversaciones del salón, o en lo que habían leído -muchas veces a escondidas- en los libros que el azar les ponía cerca.
En el siglo XIX, pero en el extremo opuesto, Santiago Estrada utiliza, para describir a su compatriota escritora, una frase excepcional en su sencillez, que más que expresar una opinión, parece confesar una sorpresa. Dice, simplemente: “Juana Manuela Gorriti lo ha contemplado todo” (TN, viii).
La síntesis de Estrada remite a la abrumadora diversidad de lugares, personajes, coyunturas históricas y políticas que atraviesan la vida de la escritora; diversidad que se convertirá en el núcleo productivo de una literatura que incorpora los materiales recogidos a lo largo del camino del exilio.
Combates domésticos
La literatura de Gorriti dramatiza en forma exasperada la relación de las mujeres (y de la mujer escritora) con el ámbito del hogar. En un siglo signado por las guerras de la independencia primero, las civiles más tarde y los enfrentamientos con países limítrofes, la casa, más que un espacio opresor, se constituye en el no-lugar simbólico de un mundo destrozado desde el que se expande y multiplica la muerte.
El escenario de la guerra se yuxtapone al espacio doméstico, hasta invadirlo, y esboza un diccionario y una lógica común a ambos. El vocabulario que describe los vínculos familiares se utiliza también para explicar los conflictos políticos, en tanto la guerra provee su arsenal de palabras para la narración de los conflictos familiares.
El ajuar de la patria : ensayos críticos sobre Juana Manuela Gorriti, recopiladora Cristina Iglesias, Buenos Aires, Feminaria, 1993.