Buenos Ayres, Diciembre 22 de 1859.
Al Sr. Gefe del Departamento de Escuelas del Estado de Buenos Ayres.
La infrascripta acompaña a V. el informe trimestral de la escuela a su cargo, sintiendo que el estado convulso del pais, en el trimestre que concluye, haya perjudicado al progreso de este establecimiento, por la dislocación de las familias de que aun resentimos las consecuencias.
De 111 niños relacionados en el libro de entradas, quitando 3 retirados en el primer trimestre existencia de la escuela, 1 fallecido a 11 de Diciembre y 2 espulsos por faltas de gravedad en su conducta; el personal efectivo de hoy es apenas de 72 niños: 15 han sido retirados en el curso del trimestre con su competente participación: aunque no tan exacta como pudiera desearse; del resto ignoramos su paradero.
Las familias no se prestan a una mejora radical, y la insistencia del aseo ha sido suficiente a disgustar algunas, aunque en honor de la verdad, la generalidad de las madres se ha penetrado de las incuestionables ventajas que promete un cambio exterior del individuo, siempre que este sea acompañado de una mejora progresiva en los sentimientos y conducta, y sobre este punto, señor, son indecibles mis desvelos, asi como los resultados alcanzados en tan corto espacio de tiempo, sobre criaturitas casi montaraces, sin cultura, sin la mas remota noción del bien, y por el contrario plagados de los defectos mas repugnantes que pueden macular la infancia.
Como V. comprende perfectamente; para educar he alcanzado establecer entre mis discípulos, una preponderancia moral, hija del cariño y de la convicción que solo se les desea su bien: noto generalmente amor por la escuela, y al cerrar la clase el dia 20, han habido niños que han instado para quedar hasta el 24 y ser llamados antes del dia prefijado por la disposición superior, a lo que yo he accedido gustosa y llena de placer, porque considero ese deseo de un corazón tierno, como la mejor revelación de una gran mejoría moral.
Yo ruego a V. que en el examen del progreso material de esta escuela, no pierda de vista la edad de los niños que la componen, y la ignorancia absoluta de toda noción que los acompañaba al recibirme de la escuela.
Para amenizar el estudio doy todos los dias lecciones orales de gramática y dé geografía, obteniendo ya respuestas francas de los alumnos mas inteligentes, y aun de otros de cortísima edad.
El estudio de los idiomas agrada generalmente a los niños, y es admirable la facilidad y buena pronunciación con que han aprendido hasta la 7ª lección de Francés y hasta la 6ª de Ingles.
Con la pequeña colección de carteles de Coe, que V. tuvo a bien facilitarme, continuo haciéndolos ejercitar en el dibujo, é independientemente de esto, por demostración escrita en la pizarra grande, todos conocen las lineas rectas, curvas etc. círculos, triángulos etc.; de nuestros ensayos remití a V. tres dibujos hechos a lápiz de papel, que a lo menos atestiguan el deseo de progreso, v la aplicación de algunos.
La falla de práctica en llevar los registros ocasionó que el trimestral no fuese presentado a la Comisión examinadora, caso este que no se repetirá en adelante y por el cual solicita la indulgencia de V.
Dios guarde a V. muchos años.
Juana Manso de Noronha
Anales de Educación Común. 1859