Discurso pronunciado por la Sra. Da. Juana Manso de Noronha, Preceptora de la Escuela primaria de ambos sexos Nº 1, en el acto de la adjudicacion de premios el 27 de Noviembre de 1860
SEÑORES:
Antes de terminar el acto que nos reune este dia, permitidme dirijir algunas palabras á los premiados—dar una esperanza á los menos felices, un consejo á los indolentes; emitir algunas ideas, como arrojaria un viajero á lo largo de su camino simientes que el viento iria á depositar en el seno fecundo de la tierra, de donde brotaria con vigor el árbol frondoso que mas tarde pudiera amparar con su sombra otro caminante mas feliz.
Niños; acabais de recibir el premio conquistado por vuestra aplicacion y conducta! Por honorífico que sea, no lo considereis vosotros como el precio del mérito.—Sería absurdo abrigar la idea de que una medalla, un libro, una estampa, valen tanto ó mas que vuestra probidad, vuestra aplicacion, vuestra docilidad! El premio no es la recompensa del mérito, es el estimulo de los débiles; su mision no es derramar en vuestros tiernos corazones el germen in fecundo del interes, sino alentaros en el penoso aprendizage escolar y fijar en vuestra mente de un modo práctico este dilema del porvenir.
Si laboriosos, algo !!!
Si indolentes, nada !!!
Ambicionad esas distinciones honoríficas que inspiran un santo orgullo cuando son acompañadas de la serena confianza de haber llenado sus deberes; pero guardaos muy bien de hacer del premio la idea dominante de vuestras tareas; eso sería mancillar vuestras almas inocentes; y mañana, cuando al dejar de ser niños, la Patria y la sociedad os llamasen á su seno, entraríais en la vida por la senda estéril del egoismo individual y con el corazon gangrenado por el interes y la vanidad, en vez de llevarlo adornado de virtudes cívicas, y de un noble desprendimiento.—Acostumbraos, pues, á trabajar, por el solo amor al trabajo; á ser buenos, porque estais obligados á serlo para obedecer á Dios! No penseis en el premio, aprended, pensando en los serios destinos que os aguardan, como ciudadanos de un gran pueblo!. . . . Estudiad, pensando en vuestras madres, porque sois la esperanza legítima de su vida, y el báculo en que se apoyará su vejez !
Menos felices! no desmayeis, al ver que una fatalidad temprana, ó una timidez invencible, dejó vuestros nombres en la oscuridad; esperad convencidos que todo hombre vale lo que sabe, sean cuales fueren las condiciones de su vida social ó las vicisitudes de su suerte. El hombre de educacion, el hombre inteligente, el hombre laborioso, vivirá pobre, oscurecido tal vez, pero rico en la miseria, grande en el abandono, distinguido siempre.
Indolentes trabajad! porque si la indolencia de hoy es un defecto que os arrebata el premio, á no estimularos á variar de conducta, ese defecto degenerará con la edad, en un vicio horrible que os cerrará el camino de la fortuna, y lo que es peor aun, el de la consideracion social.
Señores de las Comisiones Parroquiales:
Dentro de algunos minutos, la numerosa concurrencia que nos rodea, vosotros, en vuestras sillas presidenciales, esas generaciones risueñas que golpean á las puertas de la vida, nosotros los humildes obreros del porvenir, todo habrá desaparecido de este recinto, todo quedará disipado como el humo! La realidad imponente del presente que caduca rapidamente, y del porvenir que se agita, contemplandose frente á frente antes de seguir sus opuestos rumbos; dentro de algunos minutos no será mas que un recuerdo fugaz!
No me contrista esa instabilidad de las cosas humanas á que ya estoy habituada. . . . Otro es el pensamiento que me preocupa…. la fraternidad que reina en este instante entre nosotros me trae á la mente la soledad de mañana!
Mañana! entre la paternal solicitud del Gobierno y la niñez desvalida que flota sin norte entre el tumulto de las ondas humanas, á la merced del viento glacial de la miseria volverá a estenderse como un crespon de luto, el abandono parroquial, la indiferencia pública!
Mañana estaremos solos otra vez, luchando con la impotencia, viendo multitud de estos niños avanzar en la vida por la ruta dolorosa de la horfandad unos abrigados en el seno escualido de una madre viuda y enferma, otros mas infelices comiendo el pan de la caridad, sin un pariente, sin un amigo en el mundo…. otros, legado de una madre desventurada, á una abuela anciana y desvalida…. niños que se ausentan de la escuela, dias, semanas, meses. … faltos del vestuario mas necesario !!! Niños para los que se torna improficua la educacion gratuita, porque no basta muchas veces el dar al pobre, libros y enseñanza, es preciso tambien darle los objetos
mas indispensables del vestuario!… .
Tal vez contristo vuestras almas, señores, tal vez esta triste pintura viene á empañar el regocijo general. . . . ¿pero deberia yo recitar algunas frases banales, en vez de revelaros una necesidad vital, de la obra grandiosa que se intenta llevar á cabo, y demostraros con el lenguage de la verdad y de los sentimientos mas elevados que podeis eternizar la memoria de este dia 27 de Noviembre de 1860 inaugurando en vuestras respectivas parroquias una mejora social de trascendente importancia?
Estoi segura que los niños que acaban de recibir de vuestras manos el premio, os recordaran mientras vivan…. qué profunda gratitud, qué recuerdo indeleble no conservaría el huérfano que de vuestra mano recibiese un beneficio!…. y aun cuando la ingratitud fuese la recompensa del bien, qué le importa al hombre de corazon que llena un deber sagrado, bienes ó males efímeros y transitorios.
Os asociasteis para un dia, dejad que el dia pase,no os desunais vosotros! y asi como las nascientes de los grandes rios, no son mas que humildes vertientes, esperad que el nucleo modesto de algunos vecinos patriotas y benéficos, sea para el futuro la base de edificio mas sólido y de mas altos destinos.
Buenos Aires ha conquistado desde 1810 hasta la epoca presente todos los bienes morales y materiales, que puedan obtenerse, por la sola voluntad de su vecindario, un pueblo heroico que se batió por la reconquista, que se batió por la independencia, que se batió siempre por la inmunidad de sus derechos, lo menos que puede hacer es crear asociaciones parroquiales de beneficencia! Cuando los vecindarios rivalizan en adornar sus plazas, cómo no esperar que se muestren doblemente generosos cuando se levanta una voz (sea la de una muger,) para decirles —
En nombre de un pasado inmortal, en nombre de un porvenir lleno de esperanzas, engrandeced el presente! mirad que aquel es el futuro pueblo de Buenos Aires y los jueces inexorables de la posteridad!
ANALES DE LA EDUCACIÓN COMÚN. Vol. II. 1860. Núm. 19