Correo del Plata. Juana Manso. La América Ilustrada,30 de Enero de1872

Comparte en:

Buenos Aires, 14 de Diciembre de 1871.

Nuestra prensa diaria llevando los debates de la Convención de esta provincia que actualmente se ocupa de las reformas de la Constitución, habrá desparramado por todo este continente lo que en pro i en contra se ha dicho sobre la relijion del Estado, cuestión vital para el establecimiento de todas las libertades vinculadas al gran principio de la libertad de la conciencia, invulnerable como la ha hecho el mismo Dios.

Infelizmente para los sostenedores del estado laico, después de acaloradas discusiones, fueron vencidos, so pretesto que siendo un principio de la Constitución Nacional la relijion del Estado, i siendo obligatorio el culto Católico Romano, costeado por las rentas jenerales de la república, uno de los Estados de la Confederación, no podia colocarse en el terreno del estado laico, siendo un contribuyente obligado al sostenimiento de una relijion predeterminada.

La tolerancia de los cultos, continúa pues bajo la denominación de libertad de conciencia, sujeta siempre a las vejaciones que la curia impone en los casamientos mistos, donde los hijos seran instruidos en la relijion católica; asi como los protestantes son obligados a costear, o contribuir al costo de esa misma relijion, en flagrante violación de sus creencias.

Hace pocas semanas que merced, al falseamiento de la verdadera libertad de conciencia, un clérigo católico en Córdoba pretendió, llevando el Viatico por la calle, hacer arrodillar a un pastor protestante, valiéndose para ello del sencillo medio de bofetearlo, a lo que el otro contestó, (no seguramente como lo aconseja Jesu-Cristo, poniendo la mejilla “ derecha si te hirieren en la izquierda”), sino dando de palos a su otro apostólico antagonista; resultando de todo esto, que la prensa de Córdoba, haya clasificado de delito de Lesa Majestad, herejía i sacrilejio, la defensa personal del agredido protestante.

Si recordamos los motines de las beatas en Chile ahora años, por igual cuestión, (la libertad de cultos), i la reciente resistencia de Lima en no dejar a los italianos festejar la unidad de la Italia con Roma por capital, no podemos menos que parar nuestra consideración ante la influencia que ha ejercido i ejerce en los destinos de la América latina, el fanatismo relijioso favorecido por la crasa ignorancia de las masas; o lo que vale lo mismo, el fanatismo relijioso esplotando la ignorancia que idiotiza las razas rebajándolas al nivel de los brutos. Si todo sistema proteccionista ha sido la rémora de todo espíritu de empresa i el enemigo acérrimo de toda civilización, qué diremos de una relijion del Estado, viviendo a espensas de los sacrificios de la conciencia, cuyas repugnancias acalla la propia lei fundamental del pais, que la declara esclusiva, obligándose a defenderla i sin cuya confesión no pueden ejercerse los cargos públicos !?

Pero el catolicismo de la América latina, no es Romano, es algo peor, es Catolicismo Español, saturado del espíritu de Felipe II; nos fue importado cuando España era el baluarte del catolicismo en Europa, i esta plagado de todos los errores, intolerancias i abusos que han producido en el transcurso de los siglos, la decadencia de la España, conservandonos a nosotros ligados a las funestas tradiciones i habitos de la colonia, dominando los pueblos desde el confesionario i esplotando la sencilla credulidad de la mujer ineducada en estas rejiones.

Hasta dónde habra influido esa perniciosa potencia, en el aislamiento de los Estados, que es la facción mas característica de estas repúblicas, sordas a los avisos de la historia como de su propia i dolorosa experiencia!?   

Qué abismo hai entre ser i parecer! I quién podria colmar aquel que separa la tolerancia de la libertad! -La primera es una concesión temporaria; la segunda es el goce tranquilo i garantido, de un derecho.

Hasta cuándo estos elementos perversos postergarán un franco movimiento civilizador de esta parte del mundo? Nadie podría decirlo o calcularlo: i casi estaríamos tentados a pensar que todo aquello que es elemento constitutivo de una sociedad solo puede cesar con la muerte de la raza que lo encarna!

La fisonomía de algunas sociedades de la América latina, presenta un curioso estudio a la mente del pensador, por otra parte. Por ejemplo, esta república, cuyo representante es la ciudad-estado, Buenos Aires. Aquí el pasado lucha a brazo partido con el presente; jesuitas i libres pensadores se atropellan al paso; las iglesias disidentes ostentan sus magníficos edificios; se construye una con campanario en estos momentos, Metodista Episcopal. I este hecho, corrobora mi aserto anterior sobre la diferencia que existe entre la tolerancia i la libertad. El Brasil desde 1821, declaró la libertad de cultos, sin permitir el templo aparente. Rivadavia hizo declarar la libertad de cultos aquí, con iglesia, pero sin campanas. Recien hoi sabrán los habitantes de esta ciudad que el bronce santo puede ser afinado por música, lo que nada perjudica a la santidad de su oficio.

Cómo convencer a estos países que donde existe restricción, no puede existir libertad, porque limitación no es restricción! ?    

I siguiendo con Buenos Aires, parece increíble que tantos elementos opuestos, se ajiten en su seno, i trabajen su sociedad, sin causar esplosion: la educación de las clases abastadas, puede decirse que esta casi esclusivamente entregada a los jesuitas de ambos sexos que mantienen en esta ciudad once o trece grandes colejios con escaso resultado para todo proposito teocrático, porque una vez fuera del colejio, se opera una curiosa reacción que conduce los jóvenes de los multíplices rezos, a la disipación del mundo; del Seminario Conciliar a los bailes de mascara del carnaval i así por el estilo. Muchos creen en la república racionalista, i discuten las doctrinas del Evanjelio sin haberlo abierto. El progreso material es tan rápido, que las consideraciones morales quedan postergadas, probablemente para el historiador futuro, que venga a meditar sobre el polvo de estas Babilonias modernas de la democracia, caminando a ciegas, quién sabe adonde, porque no creo que haya uno solo que prevea lo que sera de nosotros en otros tres siglos, viviendo entre los cataclismos de la naturaleza i las epidemias que asolan las poblaciones.

Cuanta identidad de destino con la historia de nuestros projenitores los españoles, a los que la aridez del suelo arrojaba a la vida salvaje de la ganadería, mientras los temblores i las pestes conservaban las poblaciones en la superstición i el fanatismo!

Pero vaya! La España de los conquistadores no tenia ferrocarriles, ni train- ways, ni puentes de hierro, ni telegratos, ni lineas de paquetes trasatlánticos; solo un rezago es idéntico, nuestros pueblos no saben leer; este pueblo desalmado, roto, sin industria, comitente sin opinión propia es la continuación de aquel pueblo español que fue idiotizándose gradualmente hasta perder sus libertades comunales i hasta tocar hoi en la dejeneracion de mendigar un rei, porque desconfía de sus propias fuerzas para gobernarse a si mismo!

I este es también un rasgo de la fisonomía de Buenos Aires, donde la rudeza del nativo, forma un admirable contraste con todos estos progresos materiales de la viabilidad, que van poco a poco suprimiendo las distancias, i ligando la antigua ciudad, con los jardines de su vecina campaña.

La cuestión puerto se centuplica, porque varios son los proyectos que se ajitan a este respecto, para crearlos en las marjenes del Parana, como en las costas del Atlántico. Entre tanto el muelle de San Fernando que visité ahora dias, comienza a despertar el movimiento de la vida, entre aquellos juncales seculares, pacífico nido de las gaviotas. El iniciador de esas obras ha sido el Sr. Eduardo Hopkins un americano del Vermont. Ese proyecto tendría por complementos otro ferro carril i la canalización del arroyo del Capitan, ahorrando asi 18 horas del viaje usual al Rosario, que se efectúa hoi en 24.

Otro proyecto colosal del mismo Sr. Hopkins es el ferro carril de Bolivia a la Villa Occidental, abriendo la navegación del Pilcomayo, i al comercio del mundo los inagotables tesoros de todo jénero de la feraz Bolivia.

Pero nosotros que no podemos apartarnos del espíritu estrecho que rechaza toda eutopia, al dominio de la demencia, no creemos en esas cosas estupendas, i si nos hubiesen propuesto el central al Pacifico que hoi liga New York a San Francisco, quién sabe cuantos años i sudores habría costado a los empresarios obtener la concesión. Sin embargo, el proyecto Hopkins, se ha mandado estudiar, i en vista de no pedir sino la concesión, es probable que el año entrante sera despachado favorablemente por el Congreso.

Soi del Sr. Editor S. S.

JUANA MANSO.

La América Ilustrada, New York, Enero, 30, 1872.

Te gusto:

Últimas entradas

Categorías

Etiquetas

Últimos Artículos