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Correo del Plata, Juana Manso, La América Ilustrada, Junio 30, 1872

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Buenos Aires, Mayo de 1872.

I.

El primer acontecimiento notable del primer tercio del año, han sido las elecciones para gobernador en esta provincia. Dos han sido los candidatos que entraron en la tremenda liza de la política: D. Mariano Acosta, (hoi gobernador laureado) i el Dr. D. Eduardo Costa, ex-ministro de instrucción pública bajo la presidencia del jeneral Mitre. La candidatura Acosta estaba hecha hacia tres años i la del Dr. Costa puede decirse que se elaboró a última hora. Amiga particular del Dr. Costa, admiradora de las eminentes cualidades intelectuales que lo adornan, mi apreciación seria apasionada sobre el mérito de su candidatura i sobre los bienes que habría reportado el pais con su administración. En el momento de las elecciones el Dr. Costa desempeñaba el puesto de jefe del departamento de escuelas i era presidente del consejo de instrucción; es al mismo tiempo convencional en la reforma de la constitución de esta provincia i diputado al Congreso nacional. El primero i el último de estos cargos son rentados i el Dr. Costa acaba de renunciar el primero, conservando su lugar en el Congreso i los otros dos cargos gratuitos; de los que se reservará renunciar el de vocal del consejo de instrucción, como otro tanto haré yo, según sea el nuevo jefe del departamento de escuelas.—Del Sr. Acosta, dicen sus partidarios que es un hombre bueno incapaz de despertar las ajenas suceptibilidades; esto me hace pensar que el mérito, o la intelijencia, o como quieran llamarle, bien puede ser un presente griego, si solo ha de proporcionar enemigos al que tan bien dotado haya sido para este mundo que todo perdona menos lo que vale algo. Apesar de la ajitacion electoral, las cosas han pasado en el mejor órden posible; la prensa ha estado templada, i el dia de la votación, merced a un cordon sanitario de bayonetas, los ciudadanos bonaerenses han ejercido sus derechos políticos sin recurrir a los antiguos argumentos de los trompis, desempedrado de calles para solazarse a pedradas, romper mesas, sillas, i una que otra cabeza o costilla: gajes del oficio de las democracias iletradas.

En estas elecciones, si Carlos Dickens resucitado se hubiese encontrado en Buenos Aires, por cierto que nada habria tenido que decir, a no ser que los votantes no están relacionados proporcionalmente a la población de esta ciudad. Pero eso es efecto de la propensión a dejarse estar en su comodidad, como quien dice que son siempre los mismos frailes con otras alforjas.

II.

Mal grado todas estas pequeñas miserias de la vida humana, esta provincia sigue desarrollándose de una manera maravillosa. Las calles vienen cruzándose de tranways; el camino de fierro a la Ensenada, ya pasa por la pintoresca aldea de Quilmes i se inauguró la semana pasada. El empresario Guillermo Wheelright, envió con ese motivo mil pesos fuertes a la municipalidad de aquel distrito para ser repartidos entre los pobres.

Quilmes está sobre las barrancas del Rio de la Plata, i es un verdadero verjel de aromáticas i preciosas flores; la primera persona que les habló de un ferrocarril que transformase su quietismo colonial en el movimiento tumultuoso de la vida de este siglo, fui yo, en una lectura dada en Diciembre de 1866. Los vecinos parecieron entusiasmarse mucho, pero las obras del entusiasmo son como los fuegos fatuos; brillan un momento i se evaporan en el espacio. Yo habia seguido en aquella lectura, las inspiraciones recientes de un viaje en dilijencia, adonde solo la ascensión, me habia costado chuchos, sudores, i riesgo de romperme el pescuezo: luego un traqueo, a guisa de soba, en que mi pobre humanidad probó los mas acerbos dolores, llegando a la hospitalaria puerta del maestro escuela que me habia invitado a sus premios, poco menos que descuartizada. Esa noche, después de una alegre comida que me alteró el estómago merced a la grasa de vaca con que estaba condimentada, a punto de ocasionarme casi un cólera esporádico; después de tantas amargas peripecias, me senté a escribir la lectura en cuestión, ya para condescender con los ruegos de algunas personas, ya para que mi imajinacion se encargase de hacerme olvidar tantos sinsabores, llevándome en alas de su fantasía lejos de las crueles realidades que de tan diversos modos me habian sacudido en aquel dia. Emprendí pues otro viaje a la futura civilización de aquellos sitios i fabricando un tren espreso entré a toda fuerza de vapor por las silenciosas quintas de Quilmes; abrí magníficos bazares, tiendas de modas i lujosos hoteles para saborear en ellos esquisitos pollos asados, pastelillos de ostras, i todas las ignarias que el paladar educado reclama para su deleite. El camino de hierro es hoi una realidad, pero nadie se acordó de la lectura de 1866 para invitarme a la inauguración! Eso no importa, uno de estos dias me convidaré a mi misma para recorrer la via ferrea de Quilmes, aunque no sea mas que para cerciorarme de si ya se vino abajo la escuela, harto destruida en aquel tiempo.

Así pues, el ferrocarril de Quilmes ha completado las 287 millas construidas; quedando 479 concedidas, 645 en estudio, 1802 solicitadas. Por los trainways de la ciudad han transitado 11.891,197 pasajeros, lo que para una población de 200,000 almas no es poco.

III.

Otro gran acontecimiento diplomático, es el tratado Cotejipe, entre el Brasil i el Paraguai. Es una especie de contrato de compra-venta, tan esplícito que no es posible dejar de comprenderlo. La política del imperio con respecto a nosotros, es la que han seguido siempre los poderosos, con los débiles. El Brasil se aprovecha de las faltas políticas de los partidarios del fraccionamiento Sud-Americano en republiquetas, como les llaman los brasileros. Mas sensato aquel pueblo ha constituido un vasto imperio con sus 18 provincias, que bien podrían haberse desegregado en 18 nacionalidades diferentes, sin cuidar de los vínculos del idioma, el orijen, las mismas costumbres, leyes i continuidad territorial, todo aquello en fin que constituye vínculos de familia i nacionalidad.  La desegregacion del antiguo vireinato en cuatro naciones independientes, República Oriental, Bolivia, Paraguai i Confederación Arjentina, le presenta la oportunidad de ejercer una grande influencia, principalmente con las dos mas débiles, o antes, con una sola, la república Oriental, porque el Paraguai es una reduccion de indios guaranis, i nada mas.

Hoi el Brasil trata de acercarse mas a la Bolivia por intermedio de vías rápidas de comunicación, i mantiene siempre ajentes diplomáticos en aquel pais, para propiciárselo mientras nosotros nada hacemos. Lo mas inicuo del tratado Cotejipe es el artículo que revindica la vieja teoría del Dr. Francia sobre los privilejios de la navegación de los rios que desaguan en el Parana i Paraguai, alegando derechos que son comunes a los paises que esos rios atraviesan. Esta doctrina de privilejios de navegación en nuestro siglo, desdora al Brasil i ha costado su caida al ministerio Paranhos. Hai quien asegura que esta política es personal del emperador, otros la atribuyen al partido conservador; sea cual sea su causa, es una política mezquina, dolosa, indigna de un pueblo tan culto i jeneroso como el del Brasil.

El desenlace no sabemos cual será, pero entre tanto, los torpes odios de raza se arraigan, i una guerra con el Brasil creo que seria funesta para ambos paises, porque el comercio del imperio tiene aquí valiosos intereses, cuando esta república posee todos sus frutos, que solo necesitan vias fáciles de comunicación, para encontrar amplios mercados aquí i en Europa. Con todo, es de presumir que ideas mas prácticas adquiridas por la esperiencia de los desastres de la guerra, predominen en este asunto, evitando un rompimiento entre ambos paises i abriendo una nueva era de política, prudente i circunspecta, en reemplazo de la política marcial de que hemos abusado un poco, deslumbrados por los laureles de la gloria i del valor personal; máxime hoi que la ciencia militar ha suplantado esos embriagadores i nocivos espasmos de matar a diestro i siniestro a sus prójimos, para fascinar con la sangre a los tontos que aplauden i no saben por qué.

IV.

El vapor Leguizamon ha emprendido su segundo viaje al Bermejo, i el vapor Rio Bermejo ha seguido también en estos dias. En mi última correspondencia, hablando sobre la provincia de Salta se ha deslizado un error notable que voi a correjir en esta. Esa provincia tenia por el censo de 1869—mas de ochentaiocho mil habitantes, i así que se publique el censo, enviaré a V. los datos que sean mas interesantes para figurar como comparando de otros Estados de este continente.

He oido aventar la proposición que un canal de cien leguas desde Salta al Paraguai, rio, seria mas conveniente que la tortuosa navegación del Bermejo; cualquiera que sea el fundamento de esta aserción, lo esencial es el establecimiento de vias rápidas de comunicación.

V.

Al cerrar esta correspondencia, le hablaré de otros dos importantes acontecimientos; la paz en la república oriental, i la aparición de la fiebre amarilla en la capital del mismo Estado. Contribuyó al restablecimiento de la paz que el jeneral Battle terminaba su presidencia. Parece increíble que una nulidad completa, como el jeneral Battle, haya podido suscitar tanta oposición como para mantener aquel pais en armas durante tres años!

Es incomprensible que no se recurra al sencillo espediente de esperar su turno cada partido, luchando solo con sus fuerzas morales, i sus recursos electorales. Esa conquista a lo menos la hemos hecho nosotros: cualquiera que sea la animadversión que sucite un gabinete, nadie absolutamente piensa en recurrir al criminal arbitrio de interrumpir el curso constitucional de las instituciones. La prensa critica libremente los actos gubernativos; se recurre a la caricatura como al lenguaje destemplado a veces, pero nadie falta al respeto a la lei fundamental del pais.

La fiebre amarilla no tiene el grado con que se desarrolló aquí, pero siempre nos ha puesto en completa incomunicación i rigurosa cuarentena, perjudicando escesivamente el comercio de ambas márjenes del Plata.

Quedamos en plena actividad lejislati va: funciona el Congreso Arjentino, ambas Cámaras de la Provincia, i la convención reformadora de la constitución de la provincia de Buenos Aires.

El año que terminó en Diciembre nos deja según el mensaje del Presidente Sarmiento 20 bibliotecas populares: donde no existían de ningún jénero no deja de ser importante la adquisición.

JUANA MANSO.

La América Ilustrada, New York, Junio 30, 1872

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