Correo del Plata. Juana Manso en La América Ilustrada,1872.

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CORREO DEL PLATA

Buenos Aires, 17 de Noviembre de 1871.

 Al agradecer a V. su deferencia en la publicación de mi primer artículo en su interesante periódico, me constituyo colaborador asiduo de él, desde estas aparatadas rejiones, en el intento de que el humilde continjente de mi labor, lleve su átomo de voluntad a la obra colosal acometida por V. de concentrar en un foco común, todas las separadas fracciones del pueblo Sud-Americano, para atraer sobre ese foco, los rayos del sol de la inteligencia que ha de dibujar en la plancha, i reproducir sobre el negativo, nuestra desunida raza, con todas sus aspiraciones, esperanzas, luchas, e ideas en el presente; sirviendo acaso de página jeroglífica al historiador futuro que nos contemple un dia entre la densa niebla del pasado, nuestro presente de hoy.

Hablaré a V. pues del camino que nosotros los arjentinos vamos recorriendo.

El hecho culminante de este último trimestre del año 1871, es la Exposicion Nacional en Córdoba, primer labor de las tendencias de civilización que nos trabajan. Allí no estarán por cierto escalonadas las maravillas de los artefactos que han asombrado al mundo moderno, desde Londres i Paris; pero en cambio, puede aseverarse que ella presenta por vez primera almacenadas, todas las riquezas de que está repleto nuestro suelo, i la tosca industria fabril de nuestras familias; el poncho de vicuña, i la malla, que salen del telar casero del proletario; los maravillosos confites de los conventos, los dulces de alcorza, la jerga Santiagueña, la tableta Santa Fecina, las frutas secas de San Juan i de Mendoza; a la par de los mal elaborados vinos de la mas deliciosa uva, i descollando algún libro de la naciente literatura nacional, algún cuadro al oleo, una exhibición de escuelas Norte Americanas, ocurrencia feliz de nuestro amigo Eduardo Halbach, el sucesor del cubano Roa en esta ciudad.

El Dr. Ojeda, joven de clara inteligencia, secretario privado del presidente, redactará un periódico destinado solamente a detallar la esposicion en todos sus departamentos, i de su contenido entresacaré todo aquello que pueda ser mas conveniente a los propósitos que nos animan. El discurso del presidente está caracterizado por aquella novedad de las comparaciones históricas que revelan en él al pensador profundo, i aquella frescura de las ideas que traicionan la fuerza i la lozanía del pensamiento, a pesar de sus 60 años.

El discurso del Dr. Avellaneda, el joven ministro de Culto, Justicia e Instruccion Pública, (o como decía Humboldt, de la luz i las tinieblas) es como todo lo que dice el Dr. Avellaneda, (i como él mismo lo es) tropical; es decir, lleno de bellas imajenes, resplandeciente de lenguaje, impetuoso como la espontánea corriente de un río torrencial. Eso proviene de que el Dr. Avellaneda es Tucumano, i ese pedazo de tierra es una especie de paraíso terrestre, cuyas verdes colinas están vestidas de bosques de naranjeros, de palmas i de cafetos, de jazmines i de rosas. Todo esto hubiera podido decirlo en dos palabras: El Dr. Avellaneda es poeta, como lo son los hijos de la bella Cuba, i los brasileros, i todos los felices hijos de aquellas tierras en que se nutre la sangre con el aroma de mil flores; donde hai montañas i mares, i hamacas donde mecerse a las tibias brisas de la noche, bajo un cielo estrellado o a la clara luna de los trópicos. No sé si sabe V. que para ir a Córdoba, después de remontar el Paraná hasta el Rosario, se toma allí el Central Arjentino para cruzar la Pampa i llegar por entre miserables poblaciones a la ciudad de Cordoba fundada por don Luis de Cabrera en 1573. Cordoba es la ciudad de los clérigos i de las beatas donde la primer ocupacion de la mañana es oir misa, i el último quehacer del dia es rezar el rosario. I así esta Córdoba hace tres siglos!

Hoy que Cordoba tiene ferrocarril, telégrafo, Observatorio Astronómico, i Esposicion Nacional, visitada por sin número de huéspedes, i llenos los aires con este lenguaje de altas voces, de los revoltosos porteños; ¿cuan asustadas no andaran en aquella ciudad monacal las lechuzas de los campanarios !?

Durante 60 años, no hemos hecho más que hablar de guerras i vivir de proclamas; hoy solo se trata de train-ways, ferrocarriles, puentes, puertos, telégrafos, bancos, i toda clase de empresas. Nos tortura el quietismo i se siente la necesidad de fácil i rápida locomoción, de las ideas i de los pies.

El discurso del presidente, pronunciado a las 12 del dia en Cordoba, 360 leguas al límite de la Pampa, corria impreso en Buenos Aires a las 2 de la tarde. Si no es una novedad para V., para nosotros es un progreso real.

En estos momentos preocupa esta ciudad la féria llamada del Pilar o de la Recoleta. Como todas las tradiciones coloniales esta féria es incalificable. Figúrese el lector, en una de las barrancas mas pintoresca del rio de la Plata, entre esta ciudad i el bosque de Palermo (nuestro Bois de Boulogne) se sienta una bonita iglesia que con su vecino claustro, fue en el pasado siglo, habitación pacífica de una bandada de frailes Recoletos, semi Cartujos. Rivadavia, aquel jenio destructor de la Colonia, pretendió abolir los conventos, i el jardín de los Recoletos fue transformado en cementerio, porque se usaba enterrar en las iglesias, como sucedia en el Janeiro hasta la fiebre amarilla del año 1850. Con el andar del tiempo, el convento de los Recoletos ha sido transformado en asilo de mendigos aunque la Iglesia conmemora siempre para el 12 de octubre la invocación del Pilar.

Por qué afluye la jente allí con carpas, a lo largo de la barranca, i delante del cementerio, no lo sé. Pequeñuela iba con mi familia, pero la conexión que tenga la función de la Virjen del Pilar, con los campamentos que allí se agrupan, i la gente que canta i baila a dos pasos de la silenciosa ciudad de los muertos, no la comprendo ni he encontrado hasta ahora quien me la esplique. Recuerdo rasgos idénticos en otras partes de América por donde he transitado. En la Bahia de todos Santos, el teatro de esa romería, es la calzada de Bom fim, i otra fiesta marítima se hace a la capilla del Buen Viaje. La fiesta del Espíritu Santo es universal en todo el Brasil Sud i Norte. En Cuba, recuerdo en la Habana a Jesus del Monte, i en Puerto Príncipe la Fiesta de San Juan. I cuantas otras habrá a lo largo de este continente i en toda la tierra poblada por Españoles i Portugueses, estacionadas i rebeldes al progreso, entre las redes del romanismo religioso, como presa está la libertad entre los férreos límites del romanismo jurídico!

Espectáculo horrible, pero digno de estudio, es el que presentaban los train-ways el último domingo, convertido cada carro en una montaña viva de jente de todo pelaje i catadura, desde la linda i elegante dandy porteña hasta la orillera engalanada; i desde el elegante león de los salones, hasta el sucio emigrado con su camisa de lienzo crudo i su zapato sin medias. Los carros del train-way eran asaltados i los espectadores acordonados en las veredas esperando su turno los pifiaban con silbidos i cuchufletas., En medio de esos gritos, se cruzaban los equipajes elegantes, los carros fúnebres, i los transeúntes curiosos. No hai duda que la democracia inculta es un monstruo de mil cabezas que hace estremecer de horror aun los corazones mas republicanos.

Nuestra prensa se obstina en llamar rebeldes a los Cubanos que luchan por la independencia de su patria, i a mi se me hiela la sangre en las venas cuando leo semejante blasfemia.

Juana Manso

La América Ilustrada, Redactor Juan Ignacio de Armas, Editores, J.C. Rodrigues y Co., Publicado en la Redacción e Imprenta de la América Ilustrada, Nueva York, 1872, Vol I, 15 de enero de 1872.

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