Entre enero y febrero de 1853, Juana Manso publica en portugués los cuatro primeros capítulos de su novela A família do Comendador, en el periódico A Imprensa, Rio de Janeiro. En 1854, ya en Buenos Aires, La familia del Comendador, aparece como folletín en el Álbum de Señoritas, desde el 1 de enero de 1854 hasta el 17 de febrero del mismo año, quedando la obra inconclusa al cerrarse la publicación. Luego publicará la versión completa en formato libro, con algunas modificaciones, en la Imprenta de J.A. Bernheim en 1854.
Celebramos la reciente publicación completa en portugués, de esta primera novela abolicionista ambientada en Brasil por la Editorial Pinard, dentro de la colección “Prosa Latino-americana”, gracias a la iniciativa de un grupo de mujeres que intentan rescatar del olvido la obra de una de las mujeres más brillantes del siglo XIX.
La traducción ha sido coordinada por Regina Simon da Silva, investigadora y profesora de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), como parte de un proyecto de investigación universitaria que tiene por objeto estudiar la producción de Juana Manso. Miriam Cristine da Costa Souza, Luma Virgínia de Souza Medeiros y Maraysa Araújo Silva, estudiantes de la UFRN participaron del grupo de investigación y de la traducción.
Juana Manso amaba a Brasil y este reconocimiento tras tantos años de silencio es una inmensa alegría, cómo no evocar hoy su poema:
ADIÓS, RIO DE JANEIRO
Adiós altivas montañas,
Cielo del Trópico, adiós!
Mi estrella brilla del Plata
En la querida región,
Aquí llegué Peregrina
Llena de ensueños el alma
Y de esperanzas sin nombre
Rebosando el corazón.
Mil veces vagué llorando
Por las playas solitarias
Y contemplé conmovida
Tu noche, tu cielo azul!
Tus montes que en verde manto
Viste del bosque el ramaje;
Tus astros, tu mar tranquilo,
El Coquero y el Bambú.
Tierra donde el aura mece
Las flores del jazmín manga,
Las palmeras, los suspiros,
Las diamelas soberanas,
Las magnolias, las “Saudades”
Mil flores lindas, gallardas,
Donde los pájaros cantan
Con dulzura sobrehumana,
Nunca olvidarte podré
Bello hermoso panorama
Donde vagaban mis ojos
Cuando el dolor me abrumaba
De noche mirando lejos
Los misteriosos fantasmas
Inmóviles centinelas
De tu bahía azulada.
Adiós playas, adiós montes
Flores, pájaros y mares,
Cenizas dejo en la tierra
Mi vida, esparza en el aire!
Dejo páginas sin nombre,
De mi juventud pasada,
Un altar que derribaron.
Una tumba abandonada!
Amores despedazados,
Decepciones y recuerdos
Quién sabe cuánto fantasma,
Todo acaba, así es el mundo,
Me ausento, vuelvo a la patria,
Pero inolvidable imagen
Llevo grabada en el alma!
JUANA MANSO